La
gran parte de la gente desprecia a las persona por su forma de vestir actuar o
de hacer las cosas, pero muchas veces este desprecio ocurre cuando nos sentimos
defraudados de alguien que queríamos o que aún seguimos queriendo. Este sentimiento
es uno de los más tristes que a una persona le pueda suceder, ya que este es un
sentimiento muy fuerte y no todas las personas son capaces de resistir, algunos
personas le dan mucha importancia al qué dirán, aunque varias
personas son más fuertes y creen en sí mismos, en sus capacidades y no se dejan
contagiar de lo que los demás digan.
Nunca
debemos despreciar a las personas o cosas porque todo será devuelto hacia
nosotros, como dice una frase de Henry Frederick "el que desprecia
demasiado, se hace digno de su propio desprecio". Siempre debemos recibir con humildad
y hacer las cosas con respeto. No debemos juzgar por la apariencia, sin saber
lo tiene en el alma esta persona o lo que nos puede aportar, por motivos como
estos es que siempre debemos agradecer por lo que tenemos o recibimos a diario
y no despreciar la comida, las personas, la ayuda y muchas cosas más que nos da
la vida. En algún momento estas personas o cosas podrán ser necesarias en
nuestra vida y cuando nos demos cuenta será muy tarde.
Los invito a ver el siguiente video el cual nos deja una gran enseñanza de por qué no debemos despreciar a los demás por su apariencia.